La Spegc facilita a las empresas la gestión, formación y supresión de las barreras legales
En dichos estudios, los investigadores del BEA no sólo valoran las algas más aptas por crecimiento y por contenido bioactivo, sino también el uso del residuo que generan para otros fines. “La idea es crear una gran industria que sea sostenible, y que esté dentro del concepto de biorefinería”, un valor añadido más para atraer empresas o impulsar su creación en este campo.
La doctora Martel señaló al respecto que entrar en el sector de la biotecnología azul requiere de un alto nivel de competitividad, y en este sentido Gran Canaria cuenta con muchos recursos. “Tenemos la Facultad de Ciencias del Mar y la Escuela de Ingeniería de la ULPGC, con quienes colaboramos para diseñar sistemas de cultivo innovadores. Por tanto, el potencial de conocimiento es muy alto. A esto se le suma la capacidad humana para la formación de especialistas en cultivos; los recursos medioambientales, de biodiversidad, y científicos. Sólo faltaba ponerlo todo junto a trabajar y ahí surge el proyecto Rebeca, que también da valor a otras regiones, involucrando nuevas especies que no pueden estar aquí”.
A modo de ejemplo, Martel apuntó las especies de ambientes extremos que generan una serie de compuestos químicos en su metabolismo de gran interés para la industria. “Cabo Verde tiene salinas y ambientes muy secos y cuando vienen las lluvias pasa a muy húmedo, con lo cual hay muchas algas que producen polisacáridos en ese momento de cambio de seco a húmedo; Madeira es una isla muy verde; y Azores tiene fumarolas, géiseres..., las algas que conviven en condiciones tan extremas, soportando temperaturas muy elevadas, tienen altas concentraciones de productos como sulfúricos. Poder tener toda esa biodiversidad con un potencial biotecnológico muy elevado, es una oportunidad muy importante”.
Dicha materia prima les permitirá apostar por algas que actualmente no están en el mercado, y que forman parte de una colección única en el mundo, teniendo en cuenta la riqueza de la biodiversidad de la región macaronésica.
La Spegc, por su parte, está haciendo hincapié en dar visibilidad a todo este potencial y acercarlo al ámbito empresarial, a través de una página web específica, vídeos, estudios de mercado, acuerdos de colaboración... Entre sus acciones han abierto un servicio de atención a emprendedores, que permite a todos los interesados consultar de forma gratuita los requisitos necesarios para montar una empresa.
Además, destaca el trabajo que realizan para eliminar las barreras legales y administrativas. “Crear una empresa en el ámbito biotecnológico no es tan fácil como en cualquier otro sector. Por primera vez se ha coordinado esfuerzos de diferentes administraciones para facilitar todo esto, y se está trabajando en las certificaciones y autorizaciones de cultivos de diferentes especies”, concluyó Rodríguez.